Para nombrar tu nombre tengo el nombre

el nombre de la humana desmesura 

que hasta hoy designa la dignidad del hombre

Y hasta puedo lanzarme a la aventura 

de asignarle apellido a tus batallas 

la pluma pudo más que la metralla 

sin perder nunca el halo de ternura

La voz que a la mentira le responde 

es otra vez tu voz firme y profunda 

la que nos dice el cuándo, el cómo y dónde

Como el Cid que vence incluso desde muerto 

tu ausencia es la presencia más fecunda 

y el viejo capitán lleva a buen puerto

                             (3 de abril de 2013)

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