“Vamos a destruir al Kirchnerismo, aúlla la saltimbanqui candidata en el festejo del triunfo del candidato a gobernador de juntos por el cambio en Santa Fe, el mismo al cual la candidata que ella había ungido como propia definió como vinculado con los narcos. Memoria frágil que le permite pasar un lado a otro sin recordar qué es lo que dijo antes y por supuesto sin hacerse ningún problema si lo que ahora hace es exactamente lo contrario de lo que hacía ayer nomás. Memoria frágil o falta absoluta de escrúpulos.
Mientras tanto el pelucón ululante se pasea con su motosierra y me promete no dejar en pie ni una sola de las estructuras del estado. No le importa que ni siquiera sus asesores presten demasiada atención a su caballito de campaña, el reemplazo de la moneda nacional por la divisa de sus amos del Norte. Parece haber descubierto que mientras más disparatadas sean sus propuestas más supuesto rédito electoral le arriman.
A su lado, la reivindicadora del terrorismo de Estado se relame pensando en cómo va a destruir cualquier vestigio de una política pública que tome en consideración a los derechos humanos. Para eso cuenta con una armada de leguleyos, siempre al servicio del poder económico, que desde su reducto de la calle Montevideo planean cómo sacar a los genocidas de las cárceles y meter en ellas a los odiados populistas.
Entre la saltimbanqui y el ululante hubo en algún momento cierta dosis de entendimiento. Que duró hasta que los dos cayeron en la cuenta de que compiten por el mismo espacio y hasta por algún gesto amoroso del mentiroso serial que endeudó a varias generaciones. Entonces se acabó el cariño y el pelucón desarchivó el pasado peronista de la cambiapieles, que respondió acusándolo de usar el insulto como única respuesta. Ya se sabe, del amor al odio hay un solo paso.
Por la otra vereda, ya convencido de la inutilidad de la ancha avenida del centro que alguna vez pretendió transitar, el candidato de la necesidad ametralla con medidas que hubieran sido mejor recibidas tiempo atrás, aunque ahora no vengan mal. En tiempos de malaria generalizada, cualquier ayudita viene bien. Espantados por la posibilidad de que el enemigo que creían agonizante recupere fuerzas, los mismos que antes prometieron medidas similares (promesa que, fieles a su estilo, jamás cumplieron) se olvidan de los desafíos que pocos días atrás lanzaban como pandilleros de la política y dan rápida marcha atrás. Si hasta ahora lograron que el Congreso no funcionara, por qué van a ponerlo en marcha ahora. La república que ellos proclaman defender parece tener muy poco que ver con las instituciones de la democracia, las mismas que cada vez que pudieron tomaron por asalto, trepados al tanque de algún dictador más o menos mesiánico al que usaron para sus propios fines.
El inefable Joaquín Morales Solá arremete contra los cambios sobre el impuesto a las ganancias: “Descaros, violaciones y suspicacias” titula el 13/09/2023. Se nota que, en busca de argumentos o de aliados, llamó a sus amigos jueces. La respuesta no le gustó y se lamenta: “Fuentes de los tribunales dijeron que la justicia electoral no puede hacer nada para frenar la obscena acción de Sergio Massa como candidato y ministro”.”

“Cualquier mejora que beneficie a los trabajadores, se sabe, le parece obscena a don Joaquín. Al cual le fallaron sus instintos, porque en el afán de criticar a Massa sostuvo que “Lo cierto es que el anuncio de Massa sobre el impuesto a las ganancias es tendencioso, sobre todo porque beneficia a sectores con altos ingresos mientras conserva el IVA con un porcentaje muy costoso, impuesto este que deben pagarlo todos los sectores sociales”. Lo dijo el día que el candidato de Unión por la Patria anunciaba la devolución del IVA. Anda a destiempo, Morales.
El tema de Ganancias les plantea un problema al desmelenado y sus secuaces. Porque en un tuit del 17/1172016 el candidato afirmaba que “El impuesto a las ganancias es una calamidad y en la versión progresiva representa un castigo al exitoso. Es envidia pura”, mientras que Diana Mondino, una de sus asesoras que supuestamente ocuparía un cargo en su gobierno, en declaraciones al sitio Urbana Play afirmó que “Mucha gente va a ganar más , por lo tanto la recaudación va a ser más alta. No es que suban las tasas. Más gente va a pagar Ganancias, más gente va a pagar IVA, más gente va a pagar un montón de cosas porque va a tener más dinero, más trabajo”. Qué van a hacer ahora?
En otro sector distinto, los cortesanos del cuarto piso de la calle Talcahuano no quieren ser olvidados. Todavía mandamos nosotros, dicen y arrasando con los preceptos constitucionales que deberían resguardar jubilan a una magistrada, asumiendo como propias funciones que la Ley Suprema solo concede al Ejecutivo, con acuerdo del Senado. Claro, ellos saben que sus amigos no van a permitir, como ya se dijo, que el Congreso funcione.
La Tribuna de Doctrina parece arrepentida (pero no tanto) de haber contribuido al ascenso del gorilón de la motosierra y ahora le dedica algunas críticas. El 16/09/2023 Astrid Pikielny entrevista a Luis Alberto Romero. Fiel a la tradición familiar de mistificar la historia -aunque sin el talento de su padre- Romerito se despacha con una sentencia apocalíptica: “La colonización del Estado y la corrupción, afirma, dio un salto en escala y profundidad con la llegada del kirchnerismo, a la que no duda en llamar una cleptocracia”. No se queda ahí: “Milei, con su estilo grosero, hizo que la gente pensara para qué corno queremos un Estado con un déficit como el que tiene si en realidad no recibe nada de todo eso. Eso no estaba en la conversación pública y ahora lo está”, agrega.
Para redondear sus afirmaciones (y de paso, cumplir con lo que sus amigotes del pasquín de los Mitre/Saguier pretenden) sentencia: “Milei utiliza un formato similar al peronismo: la utilización de consignas básicas sobre problemas complejos, la idea del Mesías que opera sin intermediarios y la apelación a los sentimientos y a la dimensión religiosa de la política”. Igual se permite cierta esperanza, aunque condicionada: “La Argentina tiene muchas instituciones que han resistido el intento de quitarlas. Lo vemos mucho en algunos niveles de la Justicia. Tiene una sociedad civil que todavía funciona y no está aniquilada la posibilidad de que en la Argentina salga un voto consciente. Pero parecería que hay muchas posibilidades de que del viejo discurso K salga una nueva versión distinta en sus contenidos, pero con una función bastante parecida”.
Siempre y sin falta la obsesión con el kirchnerismo. La nota de Matías Moreno del 16/09/2023, anuncia desde el título. “Antikirchnerismo, orden y frenar a Milei: qué le”

“piden los posibles votantes de JxC a Patricia Bullrich en los focus groups”. La cosa parece clara: hacer renacer de las cenizas a la saltimbanqui para que desplace de un posible ballotage al populismo. Más claro, imposible: “El lema de la campaña de Bullrich ya no será ‘si no es todo, es nada’, que utilizó para confrontar con Horacio Rodríguez Larreta, en la competencia interna de JxC, sino terminar con el kirchnerismo”. El sueño de LA NACIÓN: una elección que se dirima entre dos vertientes de la derecha. Volver a los tiempos de Mitre y Roca.
En todas las manifestaciones de las vertientes de la derecha, se inclinen por la saltimbanqui o por el aullador, hay un término en común: el apetito por la destrucción. La idea de terminar con todo lo que tenga olor a pueblo. Un escenario donde las representaciones sean versiones distintas -no demasiado- de la misma partitura. El odio que alimenta sus voluntades. Apetito por la destrucción se llamó el álbum más popular de una banda norteamericana, los Guns’n’Roses. Una de las canciones que tuvieron éxito fue “Bienvenidos a la Jungla” (“Welcome to the jungle”. En una parte de su letra decía “aquí empeora cada día. Aprendes a vivir como un animal” (“It gets worse here everyday. You learn to live like an animal”). Eso es lo que nos espera si triunfa cualquiera de los destructores. Vivir en una jungla donde todo empeora cada día.
Todavía estamos a tiempo de evitarlo.”

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