Hay grupos organizados que se dedican a amenazar, a anunciar su apoyo a quienes
cometieron violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos, a santificar todo
aquello que les parezca útil para enfrentar a sus opositores políticos, sea dentro o fuera de
los márgenes de la legalidad. La escena preelectoral de nuestro país parece ser el terreno
que han elegido para manifestarse. Veamos algunos ejemplos.
A medida que se va acercando la fecha de las elecciones, cada vez son más lejanos los
tiempos en los que la saltimbanqui y el aullador (ahora moderado) coqueteaban y se
ilusionaban con una alianza electoral: el 06/06/2023 Milei decía en Ámbito que “llamaría
a Patricia Bullrich para una alianza de gobierno, porque a todos aquellos que están de
acuerdo con la libertad, nosotros le abrimos las puertas”, y en respuesta el 14/06/2023 la
ministra de la Alianza declaraba a CNN radio que “Si soy candidata de Juntos por el Cambio,
podré articular con diputados de distintas provincias y diputados de Libertad Avanza (el
partido de Javier Milei) para lograr que las leyes principales que mandaremos al Congreso,
que serán la arquitectura jurídica y le darán previsibilidad al país”.
Por el contrario, hoy se cruzan agravios y denuncias de todo tipo. Después del primer debate
de los candidatos a presidente, Milei no se quedó callado en su combate contra la
saltimbanqui candidata y dijo que: “Ella era una montonera tirabombas. Ha puesto bombas
en jardines de infantes. Participaba de una organización terrorista”. Bullrich respondió
iniciándole dos causas penales y le dijo: “Usted sabe que mintió. Lo denuncié para que se
sepa la verdad. No vale todo por un voto en la vida, sobre algo grave que me afecta a mí, a
mi familia y a mis nietos. Debemos competir sin mentir”.
Qué bueno que sería que ella misma pusiera en prácQca sus consejos. Porque el 1º de
octubre de 2023, en el primer debate presidencial, cuando le tocó el turno Patricia Bullrich
habló sobre el caso Santiago Maldonado, y dijo: “Quiero mandarle un abrazo grande a los
gendarmes que fueron absueltos, acusadas sus familias y destruidas. En el colegio les
gritaban ‘asesinos’ (a sus hijos) cuando lo único que habían hecho era cumplir con la ley y
con el deber”.
Lo cual es falso, como le señaló Sergio Maldonado, el hermano de Santiago, en su cuenta
de X (antes twitter): “Sos una mentirosa Patricia Bullrich. Los gendarmes no están
absueltos, siguen Imputados. ¿Cómo van a ser inocentes si todavía no hubo
juicio? ¡Mentirosa! Santiago estuvo desaparecido 78 días”. Efectivamente, la causa sigue
abierta.
Nada menos que Joaquín Morales Solá salió a cruzar a Milei (y a defender a Bullrich) por
el tema de las bombas en los jardines de infantes: “El periodista Mariano de Vedia precisó
en LA NACION, tras consultar a diversas fuentes, que no existe información confiable de que
los organizaciones armadas de los años 70 hayan colocado artefactos explosivos en jardines
de infantes. Corresponde señalar, por lo tanto, que un candidato presidencial debe respetar
el valor de su palabra” (04/10/2023, Otra vez la mentira sobre los años 70). Frase que ojalá
los empleados de ese medio tomaran en cuenta.
Para agregar más leña al fuego que consume la relación entre los libertarios y los
cambiemitas, habló Macri. Según la Tribuna de Doctrina, el gran mentiroso fanático de
Netflix dijo en Harvard, donde para su horror lo confundieron con el presidente de
Venezuela, que “Vamos a ganar las elecciones. Pero en caso de que eso no pase y gane él
las elecciones, espero que nuestra coalición apoye cualquier reforma razonable en el
Congreso para que Argentina deje atrás este sistema tramposo en el que estamos
atrapados. Y como nosotros vamos a ganar, los liberales también nos van a ayudar a
nosotros para aprobar los proyectos”. Manifestación que, según el pasquín de los Mitre-
Saguier, “generó un fuerte malestar en un sector de JxC. Radicales, integrantes de la CC e
incluso José Luis Espert consideraron que los dichos de Macri son perjudiciales en plena
campaña”.
Incluso la cada vez menos comprensible Bullrich salió a cuestionar al mediocre jugador de
bridge: “Considero que no es conveniente en este momento que Mauricio Macri diga una
cosa así. Cuando tenemos un punto fundamental para nosotros, no es el momento de
discutirlo”. Uno se pregunta, ¿están Juntos?
Hay otra cuestión que la derecha insiste en poner en la discusión. Javier Milei se preguntó
en un acto en Tucumán, acompañado por Ricardo Bussi, el hijo del genocida condenado por
sus crímenes de lesa humanidad: “¿Me pueden mostrar la lista completa de los 30.000
desaparecidos?”. Pregunta que debió hacerle a los amigos de su candidata a vice, que se
dedicaron a hacerlos desaparecer y a no dejar rastros de su destino.
En agosto del 2009, Eduardo Luis Duhalde -el arquitecto de las políticas públicas desplegadas
entre 2003 y 2012- escribió una carta a Graciela Fernández Meijide en la que dijo que: “El
único registro fehaciente de la cantidad de vícNmas asesinadas, su identidad y destino final
solo está en poder de los asesinos. De aquellos que mientras pregonan que su accionar fue
‘justo y en defensa de la patria’ ocultan todo dato, sabiendo que su proceder fue
abiertamente criminal… tomar los registros parciales de la CONADEP y los posteriores a la
Secretaría de Derechos Humanos como registros totales, es tan falaz y mentiroso como
reducir el número de desaparecidos a la cantidad de restos óseos localizados, que apenas
superan el número de 1000… es lamentable reducir la dimensión de la tragedia argentina a
un problema contable”. Palabras certeras que merecen ser recordadas siempre.
Pero Milei, en el debate presidencial, insistió: “A los liberales nos acusaron de fachos,
fascistas, nazis: cosas que no tienen que ver con nosotros. Valoramos la misión de Memoria,
Verdad y Justicia. Empecemos por la verdad: no fueron 30.000, son 8.753. Estamos en contra
de una visión tuerta de la historia. Para nosotros, durante los ‘70, hubo guerra y allí las
fuerzas del Estado cometieron excesos. Por tener el monopolio de la violencia, le cabe todo
el peso de la ley. Pero también los terroristas de Montoneros, del ERP mataron gente,
torturaron, pusieron bombas y cometieron delitos de lesa humanidad”.
El 02/10/2023 Sabrina Ajmechet, la misma que coincide con el pelucón en su interés por
regalar las Malvinas, le contestó por X (antes twimer): “No hubo una guerra, Milei. Porque
la guerra es entre iguales y acá hubo un Estado (cuyo deber es asegurar el orden y cuidar a
los ciudadanos) que usó la represion ilegal en vez de impartir justicia”. Viniendo de quien
viene, es una respuesta contundente.
Hubo más. Ricardo Gil Lavedra, otro del que no se puede sospechar ninguna simpatía con el
kirchnerismo, dijo que lo hecho por la dictadura fue “un plan criminal consistente en
secuestrar a las personas sospechosas de estar vinculadas con esas organizaciones,
mantenerlas en cautiverio en condiciones inhumanas, torturarlas salvajemente para
obtener información y luego asesinarlas secretamente. Este sistema dio lugar a la violación
de las mujeres secuestradas, a la apropiación de los bebés nacidos durante la detención de
sus madres, al robo de las pertenencias de los aprehendidos, a tirar personas vivas desde
aviones en el Río de la Plata en los llamados vuelos de la muerte, entre otros graves delitos”.
Por si hubiera quedado alguna duda, agregó que “El secuestro, la tortura, la violación, el
robo, la apropiación de los niños y la muerte de los cautivos no son acciones bélicas, son
crímenes injustificables en cualquier contexto”(LA NACIÓN 04/10/2023: “Javier Milei y los
‘excesos’ de la dictadura ¿Por qué?”).
Mientras tanto, salió a la luz un libro que la candidata a Vicepresidenta de Milei, Victoria
Villarruel, no menciona entre sus obras, tal vez porque es una participación en una obra
colectiva, llamada La nación dividida: Argentina después de la violencia de los ‘70. Los
autores que la acompañan son Guillermo PALOMBO, (presentado como Miembro Emérito
del Instituto Argentino de Historia Militar), Alberto Jorge CRINIGAN (Coronel de Infantería
y Oficial del Batallón 601 de Inteligencia), Guillermo Alfredo GARCÍA (autor de “Nüremberg,
la gran impostura”), los abogados de la Universidad Católica Santiago Mario SINÓPOLI y
Eugenio Luis PALAZZO, Alfredo M. VÍTOLO (que fuera candidato -derrotado- del gobierno
de Mauricio Macri para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos) y la Asociación
Civil Puentes para la Legalidad (constituida por hijos y nietos de imputados por crímenes de
lesa humanidad). CRINIGAN está siendo enjuiciado en La Plata por secuestros y
desapariciones ocurridos en el Regimiento de Infantería 7, ubicado en Arana.
Sumemos algunos datos. La Tribuna de Doctrina informa que “el aspirante al Congreso por
la Libertad Avanza (LLA), Ricardo Bussi, hizo uno controversial comparación entre personas
con discapacidad e integrantes de la comunidad homosexual al decir que estos últimos
merecen respeto como los rengos, como los ciegos, como los sordos” (05/10/2023). El
mismo medio cuenta que Martín Krause, asesor del pelucón en materia de Educación,
apuntó: “¿Imagínense si la Gestapo hubieran sido argentinos? ¿No hubiera sido mucho
mejor? En vez de en vez de matar seis millones de judíos, seguramente hubieran sido mucho
menos porque hubiera habido ineficiencias de todo tipo” (29/09/2023). Darío Epstein
anunció el recorte de las pensiones por discapacidad, Emilio Ocampo dijo que San Marhn
no es el Padre de la Patria. Todos de la mano del pelucón.
A esta altura, a uno se le da por pensar que hay algo que une a candidatos y candidatas
de la derecha. Es el desprecio por la historia, por la soberanía, por quienes por cualquier
motivo se encuentran en una situación de marginación o vulnerabilidad, por cualquier
propuesta que busque construir un país solidario e igualitario. Un grupo organizado para
combatir contra las políticas que ellos llaman -despectivamente- populistas, de las que su
jefe culpa a Yrigoyen, a Perón y por supuesto al kirchnerismo. Anuncian que van a terminar
con la disidencia política del modo que sea, sin mostrar respeto alguno ni por la
Constitución ni por las leyes.
A grupos como estos generalmente se los llamaba Escuadrones de la Muerte.

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