Son casi las nueve de la noche

de este día siguiente a tu partida

Trato de acostumbrarme

pero es inútil

Hay vacíos que nunca se completan

hay palabras que nunca serán dichas

hay ausencias que están siempre presentes

Pienso en cómo será a partir de ahora

la taza de café que compartíamos

tu palabra aguda, tu calidez eterna

y esa inmensidad de tu estatura

de hombre cabal, entero, digno

Qué haremos ahora sino tratar

de seguir el sendero que marcaste

desde nuestra pequeñez de caminantes

Tantos recuerdos que se agolpan

y ese afecto que regabas para todos

Fue nuestro privilegio acompañarte

y nuestra desazón ya no tenerte

Acaso haya un lugar para encontrarte

y seguir aprendiendo de tu ejemplo

Ya nos encontraremos, compañero

ahora que esa palabra tiene un nombre

el tuyo, único e irrepetible

que vamos repitiendo en nuestra pena

Viejo querido, hasta cualquier momento

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