Nada
Que ningún tanguero se ilusione con el título de esta columna. No voy a referirme a la bella canción que en 1944 compusieron José Dames, autor de la música. y Horacio Sanguinetti, que se ocupó de la letra. Seguramente, sería más productivo en muchos aspectos conversar sobre tantas hermosas melodías, tantas letras inspiradas, que forman parte de nuestro acervo cultural, que dedicarme a analizar lo que publica la Tribuna de Doctrina en sus múltiples formatos. Pero de eso se trata. De buscar algún razonamiento válido, alguna noticia que se estructure sobre datos ciertos. Y no. No hay nada. Es lo mismo que se viene repitiendo hace más de ciento cincuenta años: un cúmulo de falsedades a partir de las cuales se pretende denostar al que piensa distinto y sostener las estructuras de la opresión y el atraso. Mentiras que se amontonaron con mayor vertiginosidad estos últimos años, y que comienzan a desmoronarse sin que sus autores se sientan afectado. Tal vez porque carecen por completo de escrúpulos. Para muestra alcanza con unos pocos botones, se va acabando el año y como dice el tango, lo único que queda es nada más que tristeza y quietud. Hugo Alconada mon, el 16/12/2021, se ratifica a sí mismo y contra toda evidencia dice que “No fue lawfare: quedó probado un monumental fraude al Estado”. Se refiere al fallo por el que un Tribunal Oral absolvió a Fabián de Sousa y Cristóbal López, pero condenó a Ricardo Echegaray. Se trata de una causa en cuyo armado el escriba tuvo una participación estelar: le tocó hacer creer a la opinión pública que esos dos empresarios habían defraudado al fisco en algo así como ocho mil millones de pesos. Sin ponerse colorado, el columnista sostiene que el fallo prueba que sus manifestaciones eran ciertas. Uno lo primero que pensaría es qué tipo de argumentación rebuscada permitió que los jueces en una misma resolución dijeran que hubo delito de un funcionario que benefició a dos empresarios en perjuicio del Estado pero que esos mismos empresarios no cometieron ningún delito. A simple vista suena absurdo, y en tren de especulaciones se podría decir que los magistrados en cuestión quisieron quedar bien con Dios y con el diablo. Absolver a los empresarios, cosa que a esta altura más bien caía de madura, pero condenar al funcionario. Que ni LA NACIÓN ni el clarinete mentiroso se enojen del todo. Distintos acontecimientos fueron probando que De Sousa y López fueron objeto de una persecución de ribetes mafiosos, encabezada por el dormilón fanático de Netflix, que no les perdonó que no se sumaran al coro de opinólogos que se ocuparon de difamar por todos los medios a Cristina Fernández de Kirchner y sus funcionarios. Basta recordar cuando en pleno imperio de la mesa judicial comandada por el prófugo Rodríguez Simón, a un par de jueces se les ocurrió liberar a los empresarios. “Esto no fue lo que acordamos” bramó el domador de reposeras, sin que a nadie se le ocurriera preguntarle qué había acordado y con quiénes. Por las dudas. Alconada Mon se ocupa de decir que el fallo no solo beneficia a De Sousa y López sino también a la Vicepresidenta, siempre presente en cualquier diatriba del pasquín de los Mitre-Saguier. Sobre el mismo tema, escribe Joaquín Morales Solá el 17/12/2021. “Otro fallo inexplicable de la Justicia”, dice y pasa a recordar la figura clásica de la Justicia, con sus ojos vendados, la espada y la balanza. Para el cronista del Operativo Independencia que allá por 1975 comenzó el genocidio en Tucumán, lo que pasa es que “Otra cosa es lo que hacen algunos jueces argentinos: se vendan los ojos para no ver las pruebas, la información comprobada y los testimonios escritos u orales que acusan a importantes figuras de la política y la economía. Llegaron a jueces y entendieron a la Justicia de una manera exactamente inversa”. Don Joaquín supone cosas absolutamente opuestas en la misma columna. Los jueces hicieron justicia: porque condenaron a Echegaray. Pero fueron injustos: porque absolvieron a De Sousa y López. En fin, los magistrados deberán reflexionar sobre su resolución, y tal vez entiendan que el bien y el mal no pueden mezclarse sin consecuencias. Los sucesores de don Bartolo se especializan, desde hace tiempo, en presionar a los jueces e incluso llegan a decirles con claridad y sin medias tintas cómo deben sentenciar. Morales practica esa disciplina y acomete contra otros magistrados. “Un tribunal oral distinto, con la firma de los jueces Daniel Obligado y Adrián Grünberg, acaba perpetrar otro escándalo político, judicial y moral cuando sobreseyó sin juicio precio a Cristina Kirchner, sus hijos Máximo y Florencia y a los empresarios Cristóbal López y Lázaro Báez por el delito de lavado de dinero en esos hoteles y edificios”. Suponiendo que no haya sido una traición del inconsciente, aclaremos una vez más que cinco años de trámite ante los Tribunales de distintas instancias constituyen sin dudas un juicio previo. Lo del precio es cuestión de Morales, que mete todos los fallos que le molestan en una misma bolsa y que ofrece como sustento de la colección de falsedades que difunde, lo mismo de siempre: nada. Siempre en términos judiciales, Paz Rodríguez Niell nos cuenta el 17/12/2021 “Las claves del fallo de la Corte que reconfigura el control de la Justicia“. Habla del fallo que declaró la inconstitucionalidad de la ley que rige el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, obedeciendo lo que venían publicando LA NACIÓN y Clarín y repitiendo sus lenguaraces por todos los medios que componen el imperio de la mentira, después de quince años y sin siquiera mencionar que en el medio hubo otra resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que el 06/03/2014 en los autos “Monner Sans, Ricardo c/ EN – Secretaria General Presidencia y otros s/ amparo ley 16.986” rechazó la pretensión del proficuo denunciante de que se declarara la inconstitucionalidad de la ley 26.080. El nuevo fallo consagra varios disparates y se burla de toda lógica, no solo porque olvida que está yendo sobre sus propios pasos, sino porque se permite fijar el plazo de ciento veinte días para que el Congreso dicte una nueva ley. Y hay varias preguntas: ¿Desde cuando la Corte le puede dar órdenes y fijar plazos al Congreso? Porque los representantes del pueblo y de las provincias y la ciudad autónoma solo deben obedecer las órdenes de sus mandantes, o sea, quienes los votaron. Entre las facultades que la Ley Suprema otorga a la Corte no se encuentra esta de actuar como patrón de estancia en relación a otro de los poderes del Estado. Más preguntas, que el fallo no responde: ¿En qué parte de la Constitución dice que los representantes de los poderes electos popularmente y los del sector académico deben ser abogados? ¿Dónde está prohibido que los miembros del consejo sean electos por el voto popular? Nada dice la cronista acerca de estos temas, que constituyen claramente una intromisión de la Corte en las facultades de los otros poderes. Jueces que actúan sin venda alguna, dos de ellos que aceptaron ser designados contra lo que establece la Constitución y dos que no objetaron tamaño despropósito. Pero eso no es motivo de crítica para los escribas de la Tribuna de Doctrina. La nada como fundamento. Hagamos cortas las cosas. El 17/12/2021, los bloques opositores rechazaron el proyecto de presupuesto remitido por el Ejecutivo. Actuando como siempre en contra de los intereses populares, se sintieron ofendidos por los términos del discurso del presidente del bloque oficialista, Máximo Kirchner. Pero ocurre que primero manifestaron que el proyecto era invotable, que los números estaban dibujados, que estaba lleno de inconsistencias y no estaba a la altura de lo que se está viviendo en el país (palabras de Mario Negri, presidente del bloque radical). ¿Qué expectativas se podían tener? Ya en otra oportunidad, a fines del 2010, la oposición se negó a votar el presupuesto que entonces enviara Cristina Fernández de Kirchner para el año 2011 y la obligó a tener que repetir el mismo presupuesto que se había ejecutado. El país no se derrumbó, y por el contrario, en las elecciones de 2011 Cristina obtuvo el 54% de los votos. Pero veamos de qué se quejó la oposición: se sintieron agredidos, repito, por el discurso de Máximo. ¿Y qué dijo el nuevo presidente del PJ bonaerense para ofender a la oposición? Textualmente, refirió: “habiendo en esta Cámara un ex vicepresidente presente, un ex vice de gobierno presente y una ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires y un ex presidente de esta Cámara… me llama la atención poderosamente el comportamiento que está teniendo también un ex ministro del Interior del gobierno que nos precedió”. Nada que no sea estrictamente cierto, y ningún término injuriante. Agregó: “teniendo en cuenta la presencia de tan distinguidas personas que ocuparon tan altos cargos producto de la elección, claro que leemos los resultados de las urnas, y esta es una elección. La elección de 2019 definió la Presidencia de la Argentina. Lo que uno quiere es que podamos votar. Es el pedido que recibimos de nuestro Presidente que se compromete a mandar estos proyectos al Congreso, como se hará con el del acuerdo con el FMI, que ojalá hubiera sido en el pasado tan meticulosamente analizado por quienes hoy son oposición, ojalá hubiese pasado por este Congreso, para cuidar que en el acuerdo se respetara nuestra democracia. Quizás fue por la cobardía de no mandar el proyecto al Congreso. Presidente, votemos el proyecto por sí o por no y terminemos el show, por favor”. Los que endeudaron irresponsablemente al país, provocando la mayor fuga de capitales de la historia, los que pretenden que el gobierno se someta a los dictados del poder financiero internacional, los culpables de esta enorme crisis, se sienten ofendidos porque alguien les recuerda los cargos que ocuparon hace pocos años, cuando se produjo la vuelta del FMI sin que el préstamo que les diera fuera tratado por el Congreso, hoy se dicen ofendidos. Nada, otra vez nada. Ojalá la gente tome en cuenta este tipo de actitudes recurrentes cuando tenga que volver a votar. Y ojalá que el gobierno tome nota de que hace once años, en una circunstancia similar, hubo una administración que no solo se sobrepuso a las dificultades sino que produjo cambios esenciales para mantener un rumbo soberano. Un par de últimas reflexiones, ajenas a todo esto. Acaba de fallecer José Pablo Feinmann, alguien que se preocupó por pensar la patria y sus destinos, con el que se podía disentir pero no negarle su constante obsesión en encontrar las respuestas más profundas. LA NACIÓN se preocupó por recordar que había criticado al gobierno, tras el resultado de los últimos comicios. Pero sí saludó con entusiasmo el premio otorgado el novelero Jorge Fernández Díaz, que “el jueves a la noche en Rosario el premio ‘libertad’ que le otorgó la Fundación Libertad, una distinción que recibieron anteriormente personalidades de la política, la cultura y el periodismo, como el Nobel Mario Vargas Llosa, el exprimer ministro español José María Aznar, Jorge Lanata, Carlos Pagni, Marcelo Longobardi y el diario LA NACION, entre otros”. Y agregó, para que quede bien claro de dónde viene el galardón: “La Fundación Libertad es una institución que tiene una extensa trayectoria como una de las usinas del pensamiento liberal en América latina”. Colofón: dime quién te premia y te diré quién eres.