noviembre 30, 2024

No se crean que voy a ponerme a discurrir acerca de aquellos que usaron su ingenio para crear cosas que mejoraron la vida de la humanidad. Por el contrario, como estas líneas se dedican a escrutar las páginas de LA NACIÓN, de lo que voy a hablar es de una serie de personajes que se dedican a inventar noticias para empeorar la vida de los argentinos. Por suerte, estos inventores carecen del ingenio de los verdaderos y solamente pueden desplegar mentiras que se reiteran y que no pueden llegar muy lejos porque, como todos sabemos, tienen patas muy cortas. Como son de corto alcance las ideas del novelero Jorge Fernández Díaz, que el 13/03/2021 imagina que “Cunde el extravío en el avispero kirchnerista”, y como no se le ocurre ni uno solo de sus pobres argumentos recurre a lo que escriben otros (tan inventores como él, pero que tienen un par de ideas más). Y cita: “Están los ciegos y están los cínicos, distingue el filósofo Santiago Kovadloff: ‘Los cínicos saben qué hacer para sostenerse en la cresta de la ola, y los ciegos, para soñar que no sucede lo que pasa, idealizando un pasado que dejó de existir hace mucho’. Alude así a las dos formas clásicas de ser kirchnerista; se podría arriesgar que existe al menos una tercera categoría, donde se combinan esquizofrénicamente esos dos temperamentos antagónicos”. Qué pensamiento filosófico! Sobre todo proveniente de alguien que desconoce que el cinismo fue una escuela de pensamiento que influyó, por ejemplo, en pensadores como Jean Jacques Rousseau o Friedrich Nietszche. Y que celebra una frase que, bien leída, discrimina a quienes padecen la pérdida del sentido de la visión. Claro que al novelero nada de eso le preocupa. Sí señalar que “El gran interlocutor de Kovadloff es esta vez un veterano articulista y editor de ideas; Héctor Guyot”. Otro de los que inventan falsedades dañinas para la Tribuna de Doctrina. Que las disfracen de pensamientos profundos no les quita su carácter de invenciones que sirven solo a los poderes que mandan sobre los escribas del mitrismo. El novelero nos aclara que “Todas estas meditaciones suceden en ¡República urgente!, flamante libro que además es un alegato cívico, que se inscribe en la larga tradición de los ensayos dialogados y que está edificado sobre las largas sesiones que el filósofo y el periodista, en plano de igualdad, tuvieron durante cuatro meses intensos”. Meditaciones que muestran la falta de capacidad para meditar sobre cosas importantes. Urgencia que solo tienen para atacar todo lo que tenga olor a pueblo. Que sigan ensayando largamente, a ver si por milagro se les ocurre algo que sea para el bien. Cosa que no es posible esperar de Fernández Díaz, que nos dice que “El populismo ilustrado convierte a la lideresa en una santa inmaculada y a su causa en un credo místico. Persuadidos por ella de que los jueces son los nuevos enemigos del pueblo, ya hablan de las Fuerzas Armadas de la Justicia”. Populismo ilustrado. Por cierto que el populismo al cual se refiere el novelero es años luz más ilustrado que el columnista y sus admirados. Se equivoca al decir que los jueces son los nuevos enemigos del pueblo. Hace tiempo ya que muchos de los encargados de administrar justicia hacen todo lo contrario, y como lo hicieron los uniformados en tiempos no tan lejanos, combaten ferozmente contra todo lo que sea en beneficio de las grandes mayorías. Fernández Díaz atribuye todo a “el nivel de extravío existente en ese avispero, donde personas sin experiencia en la vida real difunden pavadas teóricas, y donde abundan un estatismo de opereta, una mentalidad de repartición pública, una idea de prebendarismo generalizado y una divinización creciente de la doctora. Que tiene por costumbre interpretar arbitrariamente el voto: si ella es vicepresidenta y Axel es gobernador quiere decir que el pueblo aprobó hasta el último documento de La Cámpora: qué precisión por el detalle tienen las grandes mayorías, compañeros”. La vida real. Algo que el novelero, perdido en la bruma de sus folletos básicos, desconoce profundamente. Y si bien es cierto que a veces los electores se equivocan (recuerden el gobierno de 2015 a 2019), son las menos. Cristina fue, por obra y gracia del voto, legisladora provincial y nacional, dos veces Presidenta y ahora Presidenta. Y Axel Kiciloff ganó la gobernación de la Provincia más poblada del país por una amplísima mayoría. Ojo que para Joaquín Morales Solá, en su nota del 14/03/2021, eso solo significa que “Cristina quiere una monarquía electiva”. Columna en la que vuelve a plantear las supuestas diferencias entre el Presidente y su vice: “Una colisión oculta en este último caso por la insistencia argumental de Alberto Fernández, que repite que no pasa nada entre ellos. Cristina Kirchner lo desmiente siempre con el silencio, con los trascendidos que surgen del Instituto Patria o con sus propios discursos y cartas públicas”. Si no habla porque no habla, y si lo hace porque lo hace. Qué claridad en la argumentación. La misma que lo lleva a decir que “La cesantía de Losardo no pudo ser jamás una decisión del Presidente. Losardo y Vilma Ibarra son las dos únicas personas en las que Alberto Fernández confía ciegamente”. Como el Presidente lo explicó, fue Losardo la que decidió renunciar, porque se sentía agobiada. Lo que ocurre es que don Joaquín precisa llegar al punto que le interesa: “El conflicto es más grave de lo que parece porque Cristina Kirchner se está metiendo en dos sectores de la administración, la Justicia y la economía, que el Presidente creía que controlaría siempre él”. Otra vez el cuentito de la discordia. Que además se alimenta con mentiras como cuando insiste en decir que las intimaciones de la Anses a los jueces que dijeron querer jubilarse -procedimiento normal en estos casos- y los traslados de los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi -en realidad, regresarlos al lugar para el que fueron designados- son provocaciones kirchneristas. Solá no puede desconocer el funcionamiento institucional, pero sí teñirlo de su visión, siempre alineada con la derecha reaccionaria. Por eso dice que: “El Gobierno no puede prescindir de la vicepresidenta, pero su desmesurada participación en la administración del país debilita a Alberto Fernández”. Y cierra esta columna explicando que “El proyecto de Cristina es un proyecto de poder, político y familiar. Son pocos los países en el mundo gobernados por una monarquía electiva, pero existen. En todos esos casos, la democracia es solo una vaga noción o una nostalgia”. Siguiendo con la lógica de inventar noticias y divulgar falsas opiniones como si fueran verdades consagradas, Jonatan Viale el 15/03/2021 descubre que Martín Soria, designado Ministro de Justicia y Derechos Humanos, “Evidentemente era el elegido de Cristina”. Algo que antes no parecía tan claro para sus colegas en la invención de falsedades, que cuando Soria fue nombrado por Alberto (pero no designado inmediatamente) supusieron que era porque Cristina no lo quería. Como si con Viale no alcanzara, el nuevo canal de LA NACIÓN incorporó a otro personaje de la misma calaña, nada menos que Eduardo Feinmann, que descubrió que “Martín Soria es el creador de la frase Comodoro PRO, hijo de un exgobernador muy importante de Río Negro, Carlos Soria, que supo ser titular de la SIDE”. Y Viale cerró aportando su opinión personal sobre el por qué de la elección de Soria por sobre los otros candidatos. “¿Qué lo consagra como ministro a Martín Soria? Haber denunciado a Mauricio Macri, sostuvo, en relación a la presunta mesa judicial que, según el kirchnerismo, impulsaba el entonces oficialismo”. Si fuera por las denuncias contra el domador de reposeras, tendríamos sobrepoblación de Ministros de Justicia. Y que la mesa judicial con la que el macrismo infectó los Tribunales existía no es un delirio del kirchnerismo, sino algo tan evidente y de tanto mal olor que hasta la profetisa de Exaltación de la Cruz la repudió. Cambiando un poco el tema, pero siempre dentro de la tendencia a arremeter contra el kirchnerismo y a acusarlo de todos los males, el 15/03/2021 aparece Alfredo Leuco, otro que conoce de los saltos de un lado a otro del universo político, y nos habla de “El mausoleo de la corrupción K”. Por si se nos había olvidado, se refiere al que guarda los restos de Néstor Kirchner, el detestado Presidente que trajo a la política el aire puro del sur. Leuco nos cuenta que “Ya conocía ese verdadero monumento a la corrupción K, pero la toma desde el aire sintetiza y muestra en toda su dimensión lo peor de ese ladri progresismo feudal”. Vale aclarar que en esta nueva etapa del columnista, todo lo que sea progresista es malo. Y si es populismo mucho peor. Así sostiene que el mausoleo “políticamente es la radiografía obscena del verdadero pensamiento de los Kirchner. Ahí, en esa desmesura y en esas diferencias abismales se nota cuál es su verdadera idea de equidad y justicia social. Pobreza para todos y riqueza solo para ellos. Nacional populismo cleptocrático. Insisto: se llenaron la boca diciendo que iban a redistribuir la riqueza y cumplieron: la redistribuyeron entre ellos. Todos enriquecidos ilegalmente. La familia entera. Néstor, Cristina, Máximo, Florencia y hasta el primero Carlos Santiago. El gabinete entero”. Rápidamente en sintonía con las mentiras vomitadas por el pasquín de don Bartolo, no trepida en mentir y difamar. Y por las dudas no se detiene en la familia Kirchner sino que se las toma contra todo el gabinete. No, Leuco. El gabinete entero que se enriqueció es el que lo tiene contratado para decir las mentiras que ahora dice. Y que lo llevan a escribir que “es algo que también está fuera de tiempo y de toda lógica. Solo los dictadores construyen sepulcros suntuosos como Lenin, Mao o Hugo Chávez. También personajes históricos como Napoleón o el emperador Adriano. En este caso, el ‘pingüino emperador’ tiene esa megaestructura que parece una mansión berlusconiana, en medio de una necrópolis de gente sencilla”. Revisen la historia de lo que escribía y sostenía en otras épocas, no tan distantes, el nuevo encargado de difamar gente. Si su antigua devoción a alguno de los mencionados valiera algún reclamo, más de uno de sus camaradas de antaño estarían más que gustosos en hacerlos. A la nueva pluma no le interesa arremeter contra Néstor, que ya se murió, sino contra la bestia negra de la derecha. Así que ahí va al cierre de su nota diciendo que “es Cristina la que no se conforma con lo sencillo o lo cotidiano. Ella sí le da mucho valor a la elegancia y la majestuosidad. Ella milita desde siempre en la agrupación Luis Vuitton para la Liberación y Rolex o muerte”. Cosas como las que en otros días se decían de la inmortal Evita y que no valen más comentarios. Ni siquiera puede ser original, el nuevo escriba.Fernando Laborda el 16/03/2021 nos habla de “La profecía autocumplida de Alberto Fernández: ganó Cristina Kirchner”. Y explica, como siempre sin dar razón de sus dichos ni citar fuentes confiables, que “Con el ascenso del rionegrino Soria, un dirigente que en los últimos tiempos se acercó al cristinismo y que puede ser considerado un denunciador serial que ha embestido contra jueces y contra el gobierno de Mauricio Macri, quedó ratificada la completa tercerización del Ministerio de Justicia en la vicepresidenta”. Es así porque nos lo cuenta Laborda. Que no se conforma con eso sólo, también advierte que “La posibilidad de que el temor y la incomodidad se estén adueñando de no pocos integrantes del gabinete de ministros plantea el peligro de que la propia gestión sufra los efectos de una parálisis. Se le terminaría así dándole la razón a la propia Cristina Kirchner sobre los funcionarios que no funcionan, reptando timoratos en medio de un gobierno donde no está claro quién gobierna, pero donde todos perciben dónde habita el poder real”. Laborda, todos sabemos cuál es el poder real al que usted sirve. El mismo que desde los mismos comienzos de la historia patria no quiere saber nada con la felicidad del pueblo, que no se conforma con el rol de subordinados perpetuos sin posibilidad de futuro al cual sus mandantes, don Fernando, los quieren condenar. El que le hace escribir que “La imagen del primer mandatario no ha dejado de caer en las últimas semanas, de acuerdo con distintos sondeos de opinión pública. Pero más preocupante todavía es la percepción sobre la pérdida de su autoridad”. Otra vez, las cosas son así porque las publica LA NACIÓN. Cuya relación histórica con la opinión pública es su constante decisión de moldearla de tal forma que los argentinos acepten resignados su destino de sometimiento. Fiel a esa consigna, Laborda dice que “Cristina necesitaba, en cambio, un hombre consustanciado con las reformas radicalizadas inspiradas desde el Instituto Patria para cambiar la estructura orgánica del Poder Judicial y someterlo al poder político”. Agrega luego que “No hay dudas. Cristina les ganó la pulseada a los moderados, ante la pasividad del devaluado profesor de Derecho que ha sido elegido para regir los destinos de la Argentina”. Y cierra diciendo que “Alberto Fernández ha sido presa de su propio temor original. Es víctima de su profecía autocumplida”. Todo lo que los columnistas del pasquín de los Mitre-Saguier vienen repitiendo desde los albores del gobierno del Frente de Todos. Carlos Pagni siempre parece estar un poco por encima de sus colegas del sesquicentenario pasquín. Al menos se preocupa por escribir mejor y disfrazar las falsedades con algunos toques de realismo. Así, el 16/03/2021 habla de “La estrategia de poner un ministro que parece suyo y no de ella”. Título que parece descubrir que el Presidente tiene ideas que van más allá de las de su Vicepresidenta. Claro que a continuación, Pagni cae en la metáfora para rebatir esa idea, y dice que “Si imagináramos que Alberto Fernández es un barrilete, pareciera que necesita, para tener un rumbo, una cola, algo que lo estabilice desde atrás. En la vida real se llama Cristina Kirchner”. Es claro que no somete al Presidente a los designios de la Vice sino que los imagina como un sistema complementario. Al cual le descubre rápidamente una falla: “¿Por qué se demoró una semana el Presidente en identificar al sucesor de Marcela Losardo? Porque Cristina Kirchner no le proveyó una referencia. Se abstuvo de opinar. Lo dejó sin cola”. Nótese que Pagni está diciendo que Soria no es una imposición de Cristina. Es una decisión a la que Alberto se vio obligado justamente porque Cristina no le dio ninguna opción. Ni a favor ni en contra del rionegrino o de cualquiera de los otros candidatos que se voceaban en los mundillos de las redacciones. Pagni entiende que “En materia de política judicial, Fernández tiene un problema de muy difícil solución. Él quiere dar satisfacción a un clima de época, que se expresa sobre todo en el voto opositor, más que nada en sectores muy recalcitrantes de Juntos por el Cambio que tienen en el centro de su visión de la vida pública los problemas de calidad institucional, en especial los que hay con la Justicia”. Bien leída, la frase reconoce que la reforma judicial es algo que reclama todo el mundo. Incluso los más conservadores de la oposición. Cuestión que se refuerza cuando leemos que Pagni cree que “es posible que a Fernández le pase algo, que seguramente sea injusto: cada vez que quiera tocar un tema de reforma judicial, aún con la mejor buena fe, desde la oposición le van a decir que está buscando la impunidad de Cristina”. También se lo van a decir desde las páginas de LA NACIÓN, agrego yo. Pagni completa sus reflexiones sobre la decisión de Alberto: “él decidió seguir con la misma estrategia: poniendo un ministro que parezca que es suyo y no de ella, pero que sirve de careta a un aparato de poder que controla la vicepresidenta y que opera en la Justicia con mucha intensidad”. Y como consecuencia de esa decisión, “empieza a funcionar de nuevo la máquina de modificaciones del kirchnerismo sobre el Poder Judicial”. Pagni atribuye a Alberto lo que él hace: parece que lo que dice es una cosa distinta pero al final es lo mismo. Eso sí, advierte a sus mandantes que “Empieza a haber un debate político dentro de la oposición. Empieza en el radicalismo y está destinado a modificar las relaciones entre el radicalismo y el Pro, y por lo tanto, todo el juego de Juntos por el Cambio”. Me permito meter un poco la cuchara en este tema del radicalismo. Al cual la editorial de la Tribuna de Doctrina del 13/03/2021 (La oposición y los principios alberdianos) le reclama que “El radicalismo debiera afirmarse en el pensamiento de Alem y abandonar definitivamente los últimos rastros –si es que alguno está aún en pie– de la Declaración de Avellaneda de los años cuarenta y, más moderno en el tiempo, del estructuralismo económico de la Cepal”. Algo contradictoria la exigencia, ya que don Leandro, el que no aceptó pactar con el mitrismo y el régimen porque se sentía radical e intransigente, proclamaba que “Nuestra causa es la causa de los desposeídos”. Desde su alianza con el Pro, la causa de estos radicales es la de los desposeedores. Para terminar, otra vez aparece Joaquín Morales Solá, que el 16/03/2021 y en tono apocalíptico titula: “Martín Soria: una guerra ha comenzado”. No nos engaña, don Joaquín. Ustedes siempre han estado en guerra con el pueblo. Desde la misma creación de LA NACIÓN. ¿A qué atribuye Morales Solá el inicio de las hostilidades? Empieza diciendo que “Durante una semana, el Presidente imaginó fórmulas diversas para resolver un problema que carecía de una solución buena. Desde el momento en que entregó la cabeza de su exministra de Justicia Marcela Losardo, ya no le fue posible jugar con los matices”. Otra vez, la idea de un Alberto entregado por haber tenido que entregar a Losardo. Y más de lo mismo a continuación: “El Ministerio de Justicia es ya un lugar colonizado absolutamente por Cristina Kirchner. Sus enemigos son los jueces y los periodistas independientes. La guerra ha comenzado”. Los que Morales llama “jueces y periodistas independientes” son todo lo contrario. Son los jueces que desataron el lawfare para perseguir a los opositores a las políticas de entrega del macrismo. Son los empleados de los medios hegemónicos, siempre dispuestos a mentir y a difamar como les mandan sus patrones. Y son, esos jueces y esos escribas, los que están en guerra contra todo lo que no se les someta. Morales Solá sentencia: “La elección de Martín Soria es una mala decisión política, que lo desfigurará aun más al Presidente. Ya había profundizado su debilidad cuando dejó caer a Losardo, pero con Soria se verá obligado a suscribir posiciones radicalizadas propias de la expresidenta”. Para sustentar tal cosa, dice que “Mucho más importante es lo que hizo el nuevo ministro en tiempos más recientes. Hurgó en el libro de entradas de la Casa de Gobierno o en el de las audiencias del entonces presidente Mauricio Macri para sacar absurdas conclusiones sobre el lawfare. Encontró los nombres de periodistas y de jueces, que ingresaron en días o en horas distintas, y sacó conclusiones desopilantes”. Detengámonos aquí. Lo que molesta a Morales es que Soria sacó a la luz las visitas del camarista de Casación Gustavo Hornos y del Fiscal procesado Carlos Stornelli, entre otros guerreros de la causa judicial, a la Casa Rosada. Visitas que fueron seguidas de pronunciamientos judiciales aplaudidos por el macrismo. Tampoco le gusta a don Joaquín que “Soria ya dio nombres de periodistas porque simplemente ingresaron a la Casa de Gobierno en tiempos de Macri. En un ejercicio de cristinismo explícito, vinculó esos ingresos con decisiones políticas que luego tomó el gobierno de Macri o con publicaciones que después hicieron medios periodísticos”. Como en el caso de los operadores judiciales, está muy claro que a las visitas de los escribas siguieron notas en los medios hegemónicos -incluida LA NACIÓN, claro está- dando instrucciones a los jueces o dictándoles anticipadamente sus resoluciones, o aplaudiendo las políticas de entrega del ingeniero sin ingenio y sus secuaces. Basta fijarse en qué fechas fueron las visitas y qué resoluciones o notas las siguieron. Morales vuelve con sus obsesiones, con foco en Cristina: “La vicepresidente tiene ahora en el Ministerio de Justicia a un ejército propio. El viceministro, Juan Martín Mena; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, y la titular del Servicio Penitenciario Federal, María Garrigós de Rébori, quien como jueza fue una de las fundadoras de la agrupación judicial kirchnerista Justicia Legítima, responden directamente al Instituto Patria, sancta sanctorum del cristinismo, no a la Casa de Gobierno”. Todos son funcionarios designados por Alberto Fernández, y no se sabe, a estas horas en las que la asunción del cargo de Ministro por parte de Soria todavía no ocurrió, si quedarán o no en sus puestos. Si lo hacen, será porque la alianza establecida entre los distintos sectores provenientes del peronismo que dio lugar al Frente de Todos conserva su vigencia. Buena noticia para muchos, pésima para Morales Solá y sus mandantes. El columnista termina diciendo que “El Presidente lidera una sociedad angustiada por otros asuntos, como la lentísima evolución de la vacunación contra el Covid-19 o la crisis económica que ahondó la pandemia, que ya devastó el comercio y la pequeña y mediana empresa. Su prioridad es, sin embargo, la Justicia, porque esa es la prioridad de Cristina Kirchner. Alberto Fernández eligió comenzar una guerra inútil en su momento de mayor debilidad política. Si esas son sus opciones, cerca de Cristina y lejos de la sociedad, el Presidente no podrá atribuirle su mala hora a la adversidad ni a sus enemigos”. Sin darse cuenta de que lo hace, el que fuera cronista del Operativo Independencia está elogiando al Presidente y su Vice. Porque si la prioridad de ambos es la justicia, están en el sendero correcto. Lo malo sería que hubieran optado por darle la espalda.

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