La Argentina de estos tiempos es pródiga en sorpresas. Cuando uno cree que ya ha visto todo, algo nuevo aparece. Algo que generalmente carece de toda lógica o asidero. Aunque de tanto disparate cotidiano, lo absurdo pasa a ser moneda corriente y lo ilógico es sostenido como si se tratara de verdades universalmente reconocidas.

Resulta que ahora nos venimos a enterar que un señor juez de cámara, que por sus funciones dentro de la estructura judicial debería ocuparse solamente de revisar las resoluciones de los jueces de instrucción, ha decidido opinar un poco más allá de eso y ya sin tapujo alguno, expresar sus opiniones sobre procesos que están en trámite y que, oh casualidad, involucran todos a la reina maléfica. Si señores: son causas instruidas contra Cristina Fernández de Kirchner.

¿Quién es el magistrado en cuestión? Alguien que acumula mucho poder. Tanto, que pese a integrar un cuerpo colegiado, en virtud de los inextricables recovecos de nuestro mundo judicial, termina resolviendo conflictos con su sola firma. El doctor Mariano Llorens, definido en una nota de Romina Manguel para El Cronista Comercial como “El tapado de Comodoro Py” (16/12/2021). Ahí nos enteramos de que en su tránsito por la vida universitaria, militó en la Franja Morada, y que es un hombre de muchas relaciones. Cuenta Manguel: “¿Habla con todos? Casi con todos, si. Salvo con Alberto Fernández con quien, sin alguna razón que lo explique más allá de la falta de oportunidad, no tiene diálogo”.  Otro dato de interés es su función dentro de la Asociación de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la Nación, que tiene sus utilidades. Dice Manguel: “El cargo de vicepresidente de la asociación de Magistrados le da la llave para muchas cerraduras”.

LA NACIÓN informó acerca de su designación en una nota del 12/06/2018: “ Mauricio Macri oficializó ayer la designación de Mariano Llorens como vocal de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de Buenos Aires, un cargo clave en el engranaje de la Justicia”. Parafraseando un antiguo refrán, dime quién te designó y te diré quién eres…

El doctor Llorens tiene algunas otras circunstancias interesantes en su haber. Por ejemplo, toda su actividad judicial la desempeñó en los Tribunales, casi siempre en el fuero federal, salvo un breve lapso en el fuero civil de la Capital Federal. Unos pocos meses fue asesor de la Defensoría del Pueblo, pero nunca ejerció la profesión, lo que lo transforma en alguien que ignora lo que es defender los derechos de una persona ante los estrados tribunalicios.

Más allá de eso, Página 12 informó que Llorens “tiene un vínculo personal con varios miembros del esquema judicial Pro, como el ex viceministro de Justicia, Santiago Otamendi”. Y es otro de los jueces que registran visitas inoportunas, como laque el 17 de diciembre de 2018 lo llevó al despacho que comprtían en la Rosada José Torello y el prófugo “Pepín” Rodríguez Simón, lugar en el que coincidió con otro funcionario del macrismo, Juan Bautista Mahiques. Y el 6 de septiembre de 2019 fue a Olivos junto aun amigo del gran dormilón, Pierre Pejacsevich, un ex gerente del Banco Macro jugador  de bridge.

Bueno, este es el Magistrado que ha decidido que revisar fallos de otros es muy poco, y que es más interesante impartir instrucciones y armar las causas como mejor le parece. Casi que se inscribe en la escuela del derecho penal creativo, fundada por el difunto juez de la Glock, Claudio Bonadío. Por supuesto, la Tribuna de Doctrina se entusiasma  el 12/07/2022 Hernán Cappiello anuncia: “Un camarista instó a investigar de manera conjunta las causas de corrupción contra Cristina Kirchner”. Y dice: “El juez de la Cámara Federal Mariano Llorens instó a investigar de manera ‘conglobada’ las causas contra Cistina Kirchner. Esto es, a considerar ‘distintos tramos de conducta asociados a un único designio criminal’ en su conjunto, conjugando los avances de las causas ‘la ruta del dinero K’, Vialidad –por la obra pública direccionada en favor de Lázaro Báez–, Hotesur y Los Sauces –por lavado de dinero– y los cuadernos de las coimas, por el pago de sobornos”.

Caramba con el camarista. Por poco no publica la sentencia. Un poquito de historia. Ocurre que en una de las múltiples causas abiertas contra la Vicepresidenta -única persona que en la historia judicial argentina fue acusada de liderar trece asociaciones ilícitas, una que a los doce años de edad integraba su hija Florencia, clara muestra de precocidad delictiva para los secuaces del viejo don Bartolo-, el juez instructor, Sebastián Cassanello, el mismo que sobreseyó al fanático de Netflix para que no asumiera procesado, se negó a sobreseer a Cristina. Que primero apeló pero luego desistió, según LA NACIÓN para evitarse “el costo de una sentencia adversa”. Cappiello ya sabía, por lo que escribe,que la Cámara “preparaba una dura sentencia con los votos de Llorens y Bertuzzi que había sido convocado a desempatar”.

Pavada de socio, el que encontró el doctor Llorens. Nada menos que uno de los camaristas que ocupan un lugar para el que no fueron designados, en abierta violación de las normas que rigen la materia, pero que sigue en el cargo porque los dueños del poder (léase los cortesanos del cuarto piso de Talcahuano 550) dijeron que estaba mal pero que ya que estaba que siguiera nomás ocupando el cargo que no le es propio. Pablo Bertuzzi, que acompañó en otras resoluciones memorables a Llorens. El 21/12/2021 ambos integraron el voto mayoritario que resolvió que los agentes dela AFI macrista que espiaban con igual empeño a propios y extraños eran solo cuentapropistas que no actuaban por órdenes de sus superiores. Resolución digna de integrar una antología de disparates judiciales. Solo en el extraño mundo de esos jueces, los espías (que además habían admitido actuar bajo órdenes) deciden por sí solos a quienes espiar, tal vez para matizar el ocio. La misma dupla resolvió ordenar a María Romilda Servini que mantuviera abiertas las investigaciones promovidas por distintos grupos de reivindicadores de la dictadura genocida y negacionistas de las violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos que la misma llevara adelante hasta el 10 de diciembre de 1983, y que estableciera la posibilidad de que un atentado de Montoneros era un crimen de lesa humanidad. Fallo que significa la resurrección de la teoría de los dos demonios, que contradice la jurisprudencia nacional e internacional que siempre ha considerado que no son equiparables a ese tipo de crímenes las acciones de grupos de particulares y que solo reconoce como soporte una de las ficciones desplegadas por Ceferino Reato, especialista en atribuir todo tipo de delitos a víctimas de la dictadura.

Podríamos seguir enumerando los fallos contrarios a derecho en los que se especializa Llorens. Pero me interesa más desmenuzar este último, que lo pone al mismo nivel de denunciantes seriales como la profetisa de Exaltación de la Cruz, la hormiguita destructora de cunas y otros personajes semejantes. Vamos al diccionario. “Conglobar” significa “Unir, juntar cosas o partes , de modo que formen un conjunto o montón” . Amontonar, podría decirse. A ver. La acumulación de procesos es un caso de excepción, que se aplica con criterio restrictivo, que atiende a los principios llamados de economía procesal -evitar que varios jueces investiguen los mismos hechos- y que busca evitar el escándalo judicial que supondrían sentencias contradictorias en un mismo caso. Llorens estira estos fundamentos y trata de acomodarlos a su gusto y placer, porque los casos que quiere ver acumulados no tratan sobre los mismos hechos y están en distintas etapas judiciales. El único punto en común que registran es que se trata de causas dirigidas contra Cristina Fernández de Kirchner.

Ahí aparece el otro argumento de Llorens: la existencia del “único designio criminal”. De nuevo al diccionario: “designio” es un “Propósito que se persigue con la realización de algo”, o bien un “Pensamiento, o propósito del entendimiento, aceptado por la voluntad”. “Criminal”,  por su parte, es algo  “Relativo al crimen o al delito”,que es una “Acción indebida o reprensible” y también una “Acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la ley”. Uniendo los términos, para que exista un designio criminal debemos suponer que había un solo propósito que perseguía Cristina y que guiaba su voluntad: la comisión de delitos. Por lo menos, eso es lo que piensa Llorens, que al menos en este caso no supone que hubieran participado cuentapropistas que actuaban por sus propias decisiones. No. Llorens ya decidió qué hay una sola voluntad maligna que llevó adelante todos los hechos. No importa que en alguna o varias de esas causas Cristina no haya sido procesada, ni que en otras no hayan aparecido pruebas de su participación, por mucho empeño que los jueces del clan Bonadío hayan puesto en tratar de atribuirle cualquier delito que les pareciera adecuado.

Ocurre que las causas que hasta ahora han tenido una resolución final no han resultado en condenas para Cristina, sino todo lo contrario. Ni una sentencia se ha dictado que de por probada alguna de las múltiples acusaciones que se le formularan. ¿De qué designio criminal habla entonces el camarista Llorens?

Como se trata de hacer suposiciones aquí va la mía. Por separado, las causas caminan hacia el sobreseimiento o la absolución de Cristina. Entonces, hay que tratar de juntarlas para que el volumen sustente la acusación de una asociación ilícita, figura penal que por su vaguedad se usa cuando se busca condenar a alguien al que no se le puede demostrar la comisión de otros delitos, mucho más concretos. Entonces amontonemos los expedientes y digamos que si hay tantas acusaciones es porque la reina malvada solo pensaba en llevar adelante sus diabólicos planes. De adecuar las resoluciones judiciales a los principios del derecho, nada. Ya escribió Bonadío que lo único que importa es decir que las cosas fueron “más o menos” de tal o cual manera. Para qué ser precisos.

No importa que nuestro derecho penal exija, para considerar que una acción constituye un delito, que la misma haya sido típica, esto es, que se ajuste estrictamente a lo que la ley estatuyó, a más de ser antijurídica y culpable. En un país donde el máximo tribunal de la Nación tiene autoridades que aceptaron ser designadas en contra de lo que establece la Constitución y después se auto eligieron para ejercer como presidente y vice de una Corte que resuelve lo que se le da la gana cuando se le da la gana, no es raro que los camaristas actúen como lo hace Llorens.

Pobres los argentinos, si los que tienen que hacer justicia y garantizar los derechos hacen todo lo contrario. Alguna vez se pretendió que el Poder Judicial estuviera en manos de gente proba y alejada de cualquier sospecha de parcialidad. Que los nombrados en juzgados, cámaras y cortes fueran personas intachables. El tiempo ha ido demostrando que los sistemas elegidos para que eso fuera posible han fracasado estrepitosamente. Y así nos ha pasado que en vez de tener jueces dignos que apliquen el derecho vigente tenemos jueces cuyos propósitos y pensamientos parecen orientados en cualquier otra dirección. Mal andan las cosas cuando todo parece el mundo del revés que cantaba María Elena Walsh. Que si todo está al revés, no vaya a ser cosa que en vez de designios criminales nos encontramos con criminales designados…

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